El ombligo es un animal… viene del principio y va hacia la nada. Crece hacia
adentro… no habla, no ruge ni aúlla, pero entendemos su lengua con sólo
tocarlo… ¡El ombligo es la cara de nuestro origen!
¿Puedes comprender esto?
Así inició, la anciana Pawana, su ritual de curación.
– … como la vida viene de allí… el ombligo es el rastro de las estrellas en
nuestro cuerpo, es el punto de todas las energías.
Pawana se levantó de su butaca, con sus dedos arrugados y lustrosos presionó mi
ombligo inflamado midiendo los riesgos de mi embarazo múltiple:
– cuando toco el animal-ombligo … siento los latidos de los secretos.
El dolor era inaguantable y alteré el silencio con mis quejidos, pensé en huir, en
escapar de este tratamiento; pero recordé la frase que me trajo ante ella: “sus
dedos sanan, junto con sus palabras”.